Suelma Beiruk huyó de su El Aaiún natal por la ocupación marroquí de 1975. Durante su periplo vivió en primera persona la barbarie cometida por el ejército de ocupación marroquí, que bombardeó en plena huida a miles de refugiados saharauis. Una vez en Tinduf, Suelma, junto con otras mujeres, protagonizó los titánicos esfuerzos por construir el Estado saharaui con un doble reto: hacerlo en plena guerra, y en el exilio. Fundadora de la Unión Nacional de Mujeres Saharauis (UNMS), ex vicepresidenta del Parlamento Africano y actual Ministra para Asuntos Sociales es una voz privilegiada para explicar la lucha de la mujer saharaui y su papel en la sociedad.
Voz Saharaui: Siempre se ha dicho que la mujer fue un pilar indispensable en la construcción del Estado saharaui ¿qué papel jugaron una vez consumada la invasión marroquí con la huida masiva a Tinduf?
Suelma Beiruk: Para hablar del papel que jugó la mujer saharaui tras la invasión marroquí al Sahara Occidental y cuando llegaron los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf, hay que hablar de cómo empezó todo. Porque esto empezó cuando Marruecos invadió al Sáhara en el 75. Hubo un éxodo en el que todo el pueblo saharaui salió de sus casas, y se dispersó por todo el territorio saharaui en busca de un lugar seguro tras la entrada del Ejército marroquí. Huyeron de todo eso, bajo las amenazas, perseguidos por tanques, por el Ejército, y finalmente nos persiguieron con aviones que bombardearon a la población. En Tifariti, Amgala, Mahbes, en todos los lugares. En ese momento la población no tenía otra alternativa que buscar un lugar más seguro para organizarse y para establecer lo que son actualmente los campamentos de refugiados saharauis. Argelia cedió parte de su territorio y toda la población pasó a los campamentos de refugiados saharauis, y en la inmensa mayoría eran mujeres, niños y personas mayores de la tercera edad; la población más vulnerable. Las mujeres por tanto tuvieron la responsabilidad de organizar esos campamentos y de construir hospitales, escuelas, lugares de la para la administración y para canalizar las ayudas que empezaron a llegar porque en un principio no había absolutamente nada.
Las mujeres no sabían absolutamente nada, en ese tiempo había solo una mujer que había hecho el bachiller. Solamente una durante cien años del colonialismo español. Lo poco que sabían algunas, que sabían leer y escribir empezaron a dar clases. Las que sabían algo de enfermería también empezaron a tratar a los enfermos y a los heridos. Entonces asumió esa responsabilidad, pero lo hizo de la mejor forma posible. Después de la proclamación de la República Árabe Saharaui Democrática, en febrero del 76, las cosas empezaron a cambiar. Se empezaron a construir ministerios, no solamente esos pequeños centros para los pocos problemas que había, sino ahora ya era la construcción Estado Saharaui.
Las mujeres, organizadas en la Unión de mujeres, empezaron también a salir al extranjero y hacer llegar la voz del pueblo saharaui a todos los rincones del mundo para explicar qué ha pasado porque se desconocía totalmente. Se desconocía qué es lo que pasó, porque España y Marruecos hicieron un bloqueo informativo. Sin embargo, la voz de la mujer saharaui hizo llegar esa realidad a todos los rincones del mundo.
Y ahora con más razón. Teniendo a mujeres formadas y preparadas en todos los aspectos y de nuevo con nuestro retorno a las armas y la guerra, queremos que la mujer joven, la mujer más formada y preparada, se incorpore a todas las instituciones del Estado Saharaui, incluyendo la institución militar.
V.S.: Fuiste miembro fundador de la Unión Nacional de Mujeres Saharauis (UNMS), una organización con gran peso en la estructura social de la RASD ¿Qué trabajo ha realizado y realiza la UNMS en la lucha del pueblo saharaui? ¿Cuáles diría que son sus principales reivindicaciones actualmente?
S.B.:Creo que el papel que juega la UNMS, al igual que todas las mujeres saharauis, es la reivindicación de nuestro derecho a la autodeterminación, a la independencia, al retorno a nuestro país. Es nuestra principal reivindicación. Pero también, durante toda esta lucha ha estado presente la reivindicación de todos nuestros derechos como mujeres. Es verdad también que dentro de la sociedad saharaui la mujer no ha tenido que luchar mucho. El derecho a voto, el derecho a ser candidata, el derecho de ocupar ciertos lugares… No hay ninguna puerta cerrada para la mujer. La sociedad saharaui es tolerante, respeta a las mujeres amparando todos sus derechos siendo considerada por su papel jugado históricamente y por haber aportado tanto a la sociedad saharaui en estos años de exilio en los campamentos de refugiados. Por lo tanto, en la sociedad todas sus reivindicaciones se están llevando a cabo a través de las leyes que la amparan y los derechos que se les respeta.
V.S.: Uno de los elementos distintivos de la mujer Saharaui, es su peso frente a países vecinos donde ven fuertemente proscritos sus derechos ¿A qué se debe esto?
S.B.: A lo qué se debe la diferencia con otras sociedades vecinas es que somos una sociedad nómada. Siempre se ha necesitado el aporte de la mujer, la ayuda mutua entre la mujer y el hombre, de allí viene ese respeto y esa consideración dentro de la sociedad saharaui. Somos una sociedad tolerante, no somos radicales, a pesar de que somos un pueblo musulmán, y por lo tanto eso nos diferencia. A diferencia de las mujeres en los países vecinos, siempre hemos gozado con nuestro respeto dentro de la sociedad, con nuestra consideración en la familia, las mujeres pueden hacer y deshacer de la economía de la familia en la ausencia del hombre.
La ausencia del hombre es muy prolongada en la vida nómada. Se va, viaja mucho, va a la guerra, va en busca de mercados… Entonces, la mujer jugó siempre ese papel importante que con la llegada del Frente Polisario se consolidó con las oportunidades que se le abrieron. Cada vez hay más mujeres capacitadas en todos los aspectos y ámbitos de la de la vida social saharaui. Podemos hablar ahora de una mujer económicamente emancipada, una mujer empoderada. Esa es la diferencia, viene de las tradiciones, de cómo aplicamos la religión, de ser un pueblo tolerante… de ahí viene la diferencia de las mujeres saharauis a las otras mujeres vecinas.
V.S.: Aún así, sigue siendo necesario avanzar hacia la igualdad plena entre el hombre y la mujer ¿Cuáles son los retos que está afrontando la mujer saharaui?
S.B.: Uno de los retos a los que se enfrenta la mujer saharaui actualmente es el de llegar a un 50% en todos los aspectos de la vida social, política y económica del Estado saharaui. Actualmente hay representatividad en todos los aspectos. En el Secretariado Nacional del Frente Polisario la presencia femenina es de un 25%; en el Gobierno alcanza el 15%; en el Parlamento panafricano un 45%; en el Parlamento saharaui un 34%. En ámbitos sociales como en la enseñanza, es de 88,7%; en la salud pública es de un 81%; en el campo de la diplomacia es un 29%. En los consejos de base es un 45%; en los consejos locales el 92%; en los consejos regionales es de un 45%. En el campo de la justicia, hay solo un 3,4% de juezas, un 41% de abogadas y un 62% de notarias.
Sin embargo, no nos conformamos con estos porcentajes, vamos a por un 50%, ya que la mujer saharaui, actualmente, ya no es esa mujer que “no sabía”, que no tenía ninguna capacidad… Actualmente contamos con miles y miles de mujeres universitarias en todos los aspectos, formadas por la experiencia a niveles de formación profesional. Contamos con muchas mujeres formadas y preparadas y por eso nuestro reto es llegar a un 50% en todos los aspectos de la vida y del Estado saharaui.